País-
Francia
Denominación- 5 Francos
Año- 1949
Periodo- Cuarta República francesa
Aleación- Aluminio
Peso- 3,5 gramos
Diámetro- 31 mm
Tirada- 203.252.000
Anverso-
Cabeza laureada mirando a
la izquierda y las
leyendas REPUBLIQVE FRANÇAISE y
A.LAVRILLIER
Reverso- El valor de 5 francos sobre la fecha de 1949 y rodeada por una corona de laurel
- Historia del franco frances
Los orígenes del franco francés
Nacido en 1360, el franco francés fue acuñado inicialmente como una moneda de 3,87 gramos de plata. Su creación estuvo ligada a un hecho histórico relevante: la liberación del rey Juan II el Bueno, quien había sido capturado por los ingleses cuatro años antes en la batalla de Poitiers. Equivalente en aquel entonces a una libra tournois, el franco se convirtió rápidamente en una pieza clave en el sistema monetario francés.
libra tournois
Un breve ocaso y una nueva vida
A pesar de sus inicios prometedores, Luis XIII decidió abolir el franco como moneda de curso legal en 1641, sustituyéndolo por el Luis de oro. Sin embargo, el término "franco" perduró en el lenguaje cotidiano para referirse a la libra. No sería hasta la Revolución Francesa, en 1795, cuando el franco resurgiría como moneda nacional, esta vez definido como una unidad decimal de 4,5 gramos de plata fina.
Un siglo XIX marcado por la estabilidad y la unión
A principios del siglo XIX, con la creación del franco de oro, la coexistencia de monedas de oro y plata generó cierta inestabilidad. Sin embargo, a mediados de siglo, Francia lideró la creación de la Unión Monetaria Latina, junto a Italia, Suiza y Bélgica. Esta unión estableció un estándar común basado en el franco francés, facilitando el comercio entre los países miembros.
La Gran Guerra y la devaluación del franco
La Primera Guerra Mundial supuso un duro golpe para la estabilidad del franco y de la Unión Monetaria Latina. Los enormes gastos bélicos y la reconstrucción posterior provocaron una inflación galopante, reduciendo el poder adquisitivo de la moneda en más de un 70% entre 1915 y 1920. A pesar de intentos por volver al patrón oro, el franco continuó devaluándose hasta alcanzar, en 1959, menos de una cuarentava parte de su valor inicial.
El nuevo franco y su camino hacia el euro
Ante la creciente devaluación, en 1960 se introdujo el "nuevo franco francés", equivalente a 100 francos antiguos. Si bien esta medida frenó momentáneamente la caída, la inflación siguió erosionando su valor. A pesar de ello, el nuevo franco resistió hasta finales del siglo XX, cuando fue sustituido por el euro en 1999 llegando a convivir las dos monedas hasta su eliminación en 2002. El valor del franco francés se fijó en exactamente a 6,55957 francos por un euro.
- La cabeza laureada es un motivo iconográfico que se remonta a la antigüedad clásica. El laurel era una planta sagrada en la antigua Grecia y Roma, asociada con la victoria, el triunfo y la sabiduría. La cabeza mirando a la izquierda se asociaba con el pasado, la tradición o el mundo espiritual, mientras que la derecha se relacionaba con el futuro y el mundo material. Mirar hacia la izquierda podría, entonces, simbolizar una conexión con la historia y la república anterior.
- André Lavrillier fue un destacado artista francés nacido en 1885. Su talento lo llevó a estudiar en la prestigiosa École des Beaux-Arts de París, donde se formó bajo la tutela de reconocidos maestros. Tras una brillante carrera académica, coronada por el prestigioso Gran Premio de Roma, su vida se vio marcada por la Primera Guerra Mundial, en la que sirvió como oficial y fotógrafo. Tras la guerra, su carrera artística floreció, dedicándose principalmente al retrato y a la medalla. Su matrimonio con la escultora rumana Margareta Cossaceanu enriqueció su vida y su obra. Lavrillier es recordado por su virtuosismo técnico, su sensibilidad artística y su importante contribución al mundo del arte francés.
- La Cuarta República Francesa 1946-58
La Cuarta República Francesa, instaurada en 1946 tras la Segunda Guerra Mundial, representó un intento de reconstruir el país y establecer un nuevo orden político. Sin embargo, este período se caracterizó por una profunda inestabilidad institucional y dificultades para encontrar un consenso nacional. La Constitución de 1946, heredera de la Tercera República, establecía un régimen parlamentario con un presidente de la República con poderes limitados. Esta estructura, sumada a una fragmentación del panorama político y a la dificultad para formar mayorías sólidas, propició una sucesión de gobiernos de corta duración que dificultaban la implementación de políticas a largo plazo.
Los primeros años de la Cuarta República estuvieron marcados por un fuerte crecimiento económico y una mejora en el nivel de vida de la población. Sin embargo, las profundas divisiones políticas y las secuelas de la guerra pronto comenzaron a manifestarse. La guerra de Indochina (1946-1954) y, posteriormente, la guerra de Argelia (1954-1962), pusieron a prueba la capacidad de Francia para mantener su imperio colonial. Estos conflictos no solo representaron un enorme costo humano y económico, sino que también exacerbaron las divisiones internas y debilitaron aún más el régimen. La incapacidad de la Cuarta República para resolver estos conflictos y los problemas internos llevó a una creciente sensación de crisis y a una pérdida de legitimidad del Estado.
Además de las guerras coloniales, la Cuarta República también tuvo que hacer frente a una serie de desafíos internos. La reconstrucción de las infraestructuras destruidas durante la guerra, la creación de un sistema de seguridad social y la integración de los retornados de los campos de concentración fueron algunas de las tareas más urgentes. Sin embargo, las divisiones ideológicas entre la izquierda y la derecha, así como las tensiones entre los diferentes partidos políticos, dificultaron la implementación de políticas coherentes y a largo plazo.
La figura de Charles de Gaulle, líder de la Francia Libre durante la Segunda Guerra Mundial, fue central en este período. Tras renunciar a la presidencia en 1946, De Gaulle regresó a la escena política en 1958, ante la inminencia de una guerra civil en Argelia. Propuso una nueva Constitución que otorgaría al presidente poderes mucho más amplios, con el objetivo de restablecer la autoridad del Estado y poner fin a la inestabilidad política. Ante la amenaza de una ruptura institucional, el Parlamento francés otorgó a De Gaulle poderes especiales para redactar una nueva Constitución. La Quinta República, con un presidente fuerte y un sistema político más estable, nació en 1958, poniendo fin a la Cuarta República.
La Cuarta República, a pesar de su corta duración, dejó un legado importante en la historia de Francia. Fue un período de transición y reconstrucción, pero también de grandes desafíos y divisiones. La inestabilidad política y la dificultad para tomar decisiones difíciles contribuyeron a su caída, pero también sirvieron como un catalizador para la reforma del sistema político francés. El fracaso de la Cuarta República evidenció la necesidad de un sistema político más estable y capaz de hacer frente a los desafíos de una época en constante cambio.
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