Mi cajón desastre

Billete de 10 pesetas 1935

País- España

Denominación- 10 Pesetas

Año- 1935

Periodo- Segunda República española

Tamaño- 110 x 70 mm

Color- Rojo

Anverso- En el aparece el busto de una mujer que representa a La República de pelo suelto y coronada por una corona mural y las siguientes leyendas en mayúsculas “CERTIFICADO DE PLATA”, “DE CURSO LEGAL” y "EMISION 1935" el nº de serie: AL112427 y las firmas de Alfredo Zavala Lafora, Adolfo Castaño Orejón y Joaquín Serrano Montero. En la parte inferior indica el impresor: "Bradbury Wilkinson & Co Inglaterra”

Reverso- sólo lleva el valor de emisión “10 Pesetas” y la leyenda "BANCO DE ESPAÑA"

En 1935 se acordó la emisión de billetes de 5 y 10 pesetas denominados "Certificados de Plata". Estos billetes tenían como objetivo sustituir a las monedas de 5 pesetas, que habían sido retiradas de circulación. La decisión de emitir estos nuevos billetes se tomó en un intento de estabilizar la economía y hacer frente a la creciente inflación.

De 10 pesetas, con alegoría de la República, se fabricaron 60 millones.
Sin serie y con las letras "A" a la "F", con diez millones de billetes de cada serie.
Sólo se pusieron en circulación hasta la letra "C" (incluida) en los de 10 pesetas.

La Corona mural es una distinción de origen romano que se otorgaba al soldado que escalaba primero el muro y plantaba el estandarte en una ciudad conquistada. Este símbolo de valor y victoria se convirtió en un elemento heráldico muy utilizado a lo largo de la historia, especialmente en España. La corona mural, representada como una muralla con almenas y puertas, simboliza la defensa de una ciudad, la resistencia y la conquista. Su presencia en un escudo municipal indica un pasado de luchas y victorias, así como un espíritu de independencia y fortaleza. La Corona de Castilla, uno de los reinos más poderosos de la Península Ibérica, adoptó ampliamente el uso de la corona mural en los escudos de sus ciudades y villas. Este elemento heráldico se convirtió en un signo distintivo de las localidades que habían participado en la Reconquista, simbolizando su papel en la expansión del reino castellano. Durante la Segunda República Española (1931-1939), la corona mural adquirió un nuevo significado. En un contexto de ruptura con la monarquía y de búsqueda de nuevos símbolos nacionales, la corona mural fue adoptada como elemento central del escudo de la República. La elección de la corona mural se justificó por su carácter republicano y popular, al representar la defensa de las libertades y la resistencia frente a cualquier tipo de opresión. Además, se consideraba un símbolo más democrático y menos elitista que las coronas reales.

Bradbury Wilkinson y compañía fue una empresa británica que imprimió los billetes de la segunda república española. La empresa fue fundada en 1809 y tenía su sede en Londres. Bradbury Wilkinson y compañía era una de las empresas más importantes del mundo en la impresión de billetes de banco y tenía una larga experiencia en la impresión de billetes para gobiernos de todo el mundo. La relación entre Bradbury Wilkinson y compañía y la segunda república española comenzó en 1931, cuando el gobierno de la república española firmó un contrato con la empresa para imprimir los nuevos billetes de la república. Los billetes de Bradbury Wilkinson y compañía eran de alta calidad y estaban muy bien protegidos contra la falsificación. La empresa continuó imprimiendo los billetes de la república española hasta el final de la guerra civil española, en 1939.

La peseta, la antigua moneda de curso legal en España, tiene sus raíces en un pasado convulso y lleno de cambios monetarios. Antes de ella, España había utilizado diversas monedas, como el real de vellón, el escudo y el duro. La necesidad de una unidad monetaria estable y de acuerdo con los estándares internacionales llevó a la creación de la peseta en 1868, durante el Gobierno Provisional tras el derrocamiento de Isabel II. Su nombre se eligió como homenaje a la antigua moneda romana "pesus", que hacía referencia al peso del metal utilizado en su acuñación. A lo largo de su existencia, la peseta experimentó diversas reformas y cambios, reflejando los avatares históricos de España. Su valor se vio afectado por guerras, crisis económicas y políticas, y sufrió devaluaciones en varias ocasiones. Sin embargo, la peseta se convirtió en un símbolo de la identidad nacional española y fue utilizada durante más de un siglo. Finalmente, con la llegada del euro y la integración de España en la Unión Europea, la peseta fue sustituida en 2002, poniendo fin a una era y marcando el inicio de una nueva etapa en la historia monetaria española.

La Segunda República Española: Un periodo convulso de transformaciones

La Segunda República Española, instaurada en 1931 tras la caída de la monarquía de Alfonso XIII, fue un periodo de profundas transformaciones políticas, sociales y económicas en España. Sin embargo, este periodo estuvo marcado por una gran inestabilidad y polarización política que desembocó en la Guerra Civil.

1931: El nacimiento de una nueva era

En 1931, tras las elecciones municipales que dieron un contundente triunfo a las fuerzas republicanas, se proclamó la República. El Gobierno Provisional, presidido por Niceto Alcalá Zamora, impulsó una serie de reformas liberales como la separación de la Iglesia y el Estado, la reforma agraria y la ampliación de derechos individuales. La Constitución de 1931, de carácter democrático y progresista, estableció un sistema político basado en el sufragio universal y la soberanía popular.

1932: La izquierda toma el poder

En las elecciones generales de 1931, el partido socialista, liderado por Francisco Largo Caballero, obtuvo la victoria. El nuevo gobierno, presidido por Manuel Azaña, intensificó las reformas iniciadas por el Gobierno Provisional, especialmente en el ámbito educativo y laboral. Sin embargo, la oposición conservadora y la Iglesia católica se mostraron cada vez más hostiles a estas reformas, y la crisis economica y laboral fueron en aumento lo que generó una creciente tensión social.

1933: El giro a la derecha

Las elecciones generales de 1933 dieron un giro inesperado al panorama político. La CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), liderada por Gil Robles, se convirtió en la fuerza más votada. El nuevo gobierno, presidido por Alejandro Lerroux, llevó a cabo una política más conservadora, frenando muchas de las reformas impulsadas por los gobiernos anteriores.

1934: La revolución de Asturias y el Frente Popular

En 1934, una huelga general en Asturias se convirtió en una auténtica revolución, reprimida con dureza por el gobierno. Este hecho, unido a la creciente polarización política, llevó a la formación del Frente Popular, una coalición de fuerzas de izquierda y centroizquierda que se presentó a las elecciones de 1936 con el objetivo de revertir las políticas del gobierno de Lerroux.


1935: El triunfo del Frente Popular y el auge de los radicales

En las elecciones generales de 1935, el Frente Popular obtuvo una clara victoria, gracias en gran medida al apoyo de las clases populares y de las organizaciones obreras. Manuel Azaña volvió a ser nombrado presidente del gobierno y se puso en marcha un nuevo proceso de reformas, que incluía la amnistía para los presos políticos y la intensificación de la reforma agraria. Sin embargo, la polarización política seguía siendo muy profunda y los grupos radicales de ambos extremos del espectro político se fortalecieron.

1936: El golpe de Estado y el inicio de la Guerra Civil

La creciente tensión social y política desembocó en un golpe de Estado militar el 18 de julio de 1936, que dio inicio a la Guerra Civil Española. El fracaso del golpe en muchas zonas del país provocó una guerra civil que enfrentó a los partidarios de la República contra los sublevados, donde fueron apoyados ambos bandos por fuerzas extranjeras a modo de tablero de juego donde podían probar lo que utilizarían en la Segunda Guerra Mundial.

La Segunda República Española fue un periodo convulso marcado por profundas transformaciones y una gran inestabilidad política. La alternancia en el poder entre fuerzas de izquierda y derecha, así como el auge de los radicalismos, crearon un clima de tensión que finalmente desembocó en la guerra civil. El año 1935 fue un año clave, ya que marcó el triunfo del Frente Popular y el inicio de un nuevo proceso de reformas, pero también el fortalecimiento de los grupos radicales que acabarían desencadenando la tragedia de la guerra.

El destino del billete de 10 pesetas de 1935 tras la Guerra Civil Española estuvo marcado por la imposición de un nuevo orden económico y político. Con la victoria del bando nacional, el régimen franquista emprendió una serie de medidas para consolidar su poder y reorganizar el país. Una de las primeras acciones fue la reforma del sistema monetario, que tenía como objetivo eliminar cualquier vestigio del régimen republicano y establecer una nueva moneda que reflejara la ideología y los intereses del nuevo gobierno.

La retirada del billete de 10 pesetas de 1935 y de otros emitidos durante la Segunda República se llevó a cabo de manera gradual y controlada. Se establecieron plazos para el canje de los billetes antiguos por los nuevos, emitidos por el Banco de España bajo el control del régimen franquista. Estos nuevos billetes presentaban diseños diferentes y estaban adornados con símbolos y lemas que exaltaban los valores nacionales y la figura de Franco.

La sustitución de la moneda no fue solo un proceso técnico, sino también un acto simbólico. Al retirar de circulación los billetes de la República, el régimen franquista buscaba borrar cualquier recuerdo de la época anterior y consolidar su hegemonía. Además, la emisión de una nueva moneda permitía al Estado controlar la masa monetaria en circulación y llevar a cabo políticas monetarias más acordes con sus objetivos económicos.




Comentarios