Mi cajón desastre

Un Manat Turkmenistán 2017 V Juegos Asiáticos de Artes Marciales y de Pista Cubierta

País- Turkmenistán

Denominación- 1 Manat

Año- 2017

Periodo- República de Turkmenistán

Tamaño- 120 x 60 mm

Color- Tonos verdes

1 Manat =100 teňňe



Este billete es una edición limitada para coleccionista conmemorando los V Juegos Asiáticos de Artes Marciales y de Pista Cubierta celebrados en 2017 e impreso en De La Rue plc en Londres

Anverso- Aparece Togrul Beg Türkmen, el escudo del pais, el Mapa de Turkmenistán y el motivo conmemorativo, su valor facial de 1 Manat, y la leyenda “TÜRKMENISTANYŇ MERKEZI BANKY ŞU BANKNOT TÖLEGLERIŇ ÄHLI GÖRNÜŞLERI ÜÇIN ÝÖREÝÄR” ( BANCO CENTRAL DE TURKMENISTÁN
ESTOS BILLETES SE ACEPTAN PARA TODO TIPO DE PAGOS)

Reverso- Aparece Aşgabat halkara howa menzili (Nuevo aeropuerto internacional de Aşgabat), y el primer satélite de Turkmenistán TürkmenÄlem 52°E, su valor facial bir manat, un manat y las leyendas “TÜRKMENISTANYŇ MERKEZI BANKY” y
“XXI ASYR – TÜRKMENIŇ ALTYN ASYRY “ Siglo XXI – La edad de oro de los turcomanos




-"TÜRKMENIŇ ALTYN ASYRY" es una frase en turcomano que se traduce como "La Edad de Oro de los Turcomanos" o "La Edad de Oro de Turkmenistán".

Esta frase se utiliza para referirse a la era de independencia de Turkmenistán y, en particular, al período posterior a la caída de la Unión Soviética. Es un término que tiene una connotación de renacimiento cultural, progreso y prosperidad para el país.

-De La Rue plc, una empresa británica con una larga y fascinante historia, se ha consolidado como un líder mundial en la impresión de billetes. Fundada en 1821 por Thomas de la Rue, la compañía inició su andadura en la impresión de tarjetas de juego y sellos de correos en Londres. Este humilde comienzo sentó las bases para una trayectoria que la llevaría a convertirse en un pilar fundamental de la seguridad monetaria global. La visión de la empresa y su habilidad para adaptarse a las necesidades del mercado la impulsaron a dar un paso trascendental en 1860, cuando comenzó a imprimir billetes para Mauricio, un hito que marcaría el inicio de su expansión internacional en este sector.
A partir de ese momento, De La Rue se forjó una reputación de confiabilidad y excelencia, convirtiéndose en uno de los impresores de billetes más grandes y respetados del mundo. Su función va mucho más allá de la simple impresión. La compañía trabaja estrechamente con más de 140 bancos centrales y autoridades de emisión de divisas para diseñar, fabricar y suministrar billetes de alta seguridad. Este proceso implica la creación de papel especializado, la incorporación de tintas de seguridad y la integración de elementos antifalsificación avanzados, como hologramas, hilos de seguridad y marcas de agua. La empresa no solo imprime el diseño final, sino que también produce el papel y los componentes de seguridad, garantizando así la máxima protección contra la falsificación. La experiencia de De La Rue se basa en una profunda comprensión de las amenazas de seguridad y en un compromiso constante con la innovación tecnológica para mantenerse siempre un paso por delante de los falsificadores. Su papel es crucial para mantener la integridad de las divisas y la confianza de los ciudadanos en sus sistemas monetarios.

-Los V Juegos Asiáticos de Artes Marciales y de Pista Cubierta, celebrados en Asjabad, Turkmenistán, del 17 al 27 de septiembre de 2017, marcaron un hito en la historia deportiva de Asia Central. Este evento multideportivo, organizado por el Consejo Olímpico de Asia (OCA), reunió a más de 4.000 atletas de 63 países, quienes compitieron en 348 eventos distribuidos en 21 disciplinas deportivas.

La capital turkmena se transformó en un epicentro deportivo sin precedentes. El complejo olímpico de Asjabad, una infraestructura monumental que incluyó más de 30 edificios y 15 estadios, fue el escenario principal de los juegos . La ceremonia de apertura, celebrada el 17 de septiembre, fue un despliegue de cultura y modernidad, con la participación de más de 7.500 artistas de 39 países, quienes ofrecieron un espectáculo que fusionó la historia y el futuro del deporte en Turkmenistán.

Los juegos contaron con una amplia variedad de disciplinas, incluyendo deportes tradicionales asiáticos y eventos bajo techo. Entre las novedades destacadas estuvo la inclusión del salto ecuestre con caballos Akhal-Teke, una raza emblemática de la región . Además, se presentó la lucha de correas, un deporte con raíces en las civilizaciones mesopotámicas, que permitió a los atletas turkmenos brillar al obtener 39 medallas de oro, consolidando su dominio en la competición.

La organización de los juegos representó un esfuerzo significativo por parte de Turkmenistán para posicionarse como un referente en el ámbito deportivo internacional. Con una inversión de 5.000 millones de dólares, se construyó un complejo deportivo de vanguardia que no solo albergó los juegos, sino que también dejó un legado de infraestructura y desarrollo para el país . Aunque el país anfitrión no logró medallas de oro, su participación y organización fueron ampliamente reconocidas, destacando el compromiso de Turkmenistán con el deporte y la cooperación regional.

En términos de identidad nacional y orgullo, los juegos ofrecieron a Turkmenistán la oportunidad de exhibir su cultura y tradiciones al mundo. La ceremonia de apertura, con miles de artistas y la inclusión de disciplinas tradicionales como la lucha de correas y el salto ecuestre con caballos Akhal-Teke, resaltó el patrimonio cultural del país y fortaleció su imagen como una nación con raíces profundas en las artes marciales y deportes tradicionales asiáticos.

Políticamente, la organización del evento fue un instrumento de diplomacia regional y soft power, mostrando a Turkmenistán como un país estable y capaz de cooperar con toda Asia en un proyecto internacional. A nivel económico, la inversión de 5.000 millones de dólares en infraestructura no solo impulsó el empleo y el turismo, sino que también proyectó a Asjabad como una ciudad moderna con instalaciones deportivas de clase mundial.

En resumen, los juegos de 2017 no solo fueron una competencia deportiva, sino un escaparate para Turkmenistán que fortaleció su prestigio internacional, promovió la cultura nacional y dejó un legado tangible en infraestructura y desarrollo deportivo, consolidando al país como un referente en la región de Asia Central.

-Togrul Beg Türkmen, también conocido como Tughril Bey, nació alrededor del año 990 en las vastas estepas de Asia Central, dentro de la tribu oghuz, un grupo turcomano nómada de gran influencia en la región. Su familia pertenecía a la rama más prominente de los oghuz, descendientes de su abuelo Seljuk, quien fue el fundador de la dinastía que llevaría su nombre. Desde joven, Togrul Beg mostró cualidades de liderazgo y estrategia que lo distinguirían de sus contemporáneos. Su padre, Mikail, fue un jefe tribal respetado que luchó por consolidar la presencia de los oghuz en la región, y su temprana educación incluyó entrenamiento militar, conocimiento de la administración y familiarización con las costumbres islámicas que luego serían centrales en su gobierno. La infancia y juventud de Togrul Beg estuvieron marcadas por la movilidad de las tribus turcomanas y las constantes rivalidades entre clanes, lo que forjó en él una visión estratégica para la supervivencia y expansión de su pueblo.

En su juventud, Togrul y su hermano Chaghri Beg se aliaron inicialmente con el príncipe Qarakhanida de Bujará, participando en campañas militares y aprendiendo a maniobrar entre los distintos poderes de Asia Central. Tras la derrota ante el Imperio Gaznávida en 1025, se refugiaron en la región de Jorasán, donde comenzaron a consolidar su poder mediante alianzas estratégicas con líderes locales y el reclutamiento de soldados leales. Fue en este periodo donde Togrul Beg y su hermano tomaron ciudades clave como Merv y Nishapur, estableciendo una base sólida que les permitió expandir su influencia. Su victoria más significativa llegó en 1040 en la Batalla de Dandanaqan, donde derrotaron al ejército del hijo de Mahmud de Ghazni, Mas'ud I. Este triunfo no solo les aseguró el control sobre el este de Irán, sino que también marcó el nacimiento del poder militar y político de los selyúcidas en la región, sentando las bases de un imperio que pronto abarcaría vastos territorios del mundo islámico.

En 1043, Togrul Beg estableció su capital en Rayy, cerca de la actual Teherán, y comenzó a consolidar su autoridad mediante la organización administrativa y militar de los territorios conquistados. En 1055, tras el debilitamiento de la dinastía búyida, Togrul marchó hacia Bagdad y asumió el control efectivo del califato abasí, relegando al califa al papel ceremonial y convirtiéndose en la máxima autoridad militar y política del mundo sunita. Este acto no solo consolidó su poder, sino que también simbolizó la alianza entre la autoridad religiosa y la militar, característica central del Sultanato Selyúcida. Durante su gobierno, Togrul promovió la ortodoxia islámica, apoyó la construcción de madrasas y fortaleció el papel de los ulemas, asegurando que la religión y la política se reforzaran mutuamente para mantener la unidad del imperio.

El reinado de Togrul Beg también se caracterizó por la expansión territorial y la diplomacia estratégica. Lideró campañas hacia Armenia, Azerbaiyán y partes de Mesopotamia, asegurando rutas comerciales y consolidando la influencia de los selyúcidas frente a imperios vecinos como el Bizantino y el Fatimí. Al mismo tiempo, su gobierno enfrentó tensiones internas: diversas tribus turcomanas a veces desafiaban su autoridad, y se produjeron revueltas en ciudades importantes como Bagdad. A pesar de estos desafíos, Togrul Beg supo mantener un equilibrio entre el poder militar, la administración eficiente y la legitimidad religiosa, lo que permitió que su imperio no solo sobreviviera, sino que prosperara.

Togrul Beg falleció el 4 de septiembre de 1063 en Rayy, dejando un legado duradero. Su sobrino Alp Arslan lo sucedió, continuando la expansión selyúcida y consolidando la influencia del imperio en el Medio Oriente. La figura de Togrul Beg se recuerda como la de un líder visionario, estratega militar y constructor de un estado que combinaba la fuerza militar con la autoridad religiosa. Su memoria perdura en monumentos como la Torre de Togrul en Rayy y en los registros históricos del mundo islámico, donde se le reconoce como uno de los principales artífices del poder selyúcida y de la unificación política de los territorios turcomanos e iraníes bajo un liderazgo centralizado.

-El escudo de Turkmenistán es un reflejo vibrante de la identidad cultural, histórica y natural del país, adoptado oficialmente tras la independencia de la Unión Soviética en 1991. Su diseño circular está cuidadosamente estructurado para transmitir unidad y continuidad, con un borde verde y dorado que enmarca los elementos centrales y simboliza la riqueza, la fertilidad y la esperanza del país. En el corazón del escudo se encuentra una representación estilizada de una alfombra turcomana tradicional, un símbolo profundamente arraigado en la cultura del país. Las alfombras turcomanas no son solo objetos decorativos; representan la destreza artesanal, la herencia ancestral y la diversidad de las cinco tribus históricas del país, y su inclusión en el escudo resalta la importancia de la artesanía como un patrimonio nacional que une a los turcomanos a través de la historia.

En el centro del escudo destaca un caballo Akhal-Teke, raza emblemática de Turkmenistán, reconocido mundialmente por su velocidad, resistencia y belleza metálica. Este caballo no es solo un símbolo de elegancia y fuerza, sino también de orgullo nacional y de la relación histórica del pueblo turcomano con la equitación y la vida nómada. Por encima del caballo se sitúa una estrella blanca de ocho puntas, conocida como Rub el Hizb, que simboliza la unidad del país y hace referencia a la tradición islámica que ha influido profundamente en la cultura turcomana. Rodeando la estrella se encuentran los motivos de las cinco principales tribus del país: Teke, Yomut, Saryk, Chowdur y Arsary, un recordatorio de la diversidad tribal que ha sido fundamental para la identidad histórica de Turkmenistán.

Se incluyen ramas de trigo en la composición, símbolos de la riqueza agrícola y de la importancia de la tierra en la vida y economía del país. Los colores empleados, principalmente verde, rojo y dorado, refuerzan estos mensajes: el verde representa fertilidad y tradición islámica, el rojo la valentía y la historia, y el dorado la riqueza cultural y la prosperidad. En conjunto, el escudo de Turkmenistán no es solo un emblema oficial, sino una narrativa visual que entrelaza la historia, la cultura, la naturaleza y la unidad nacional en un símbolo poderoso y profundamente significativo.

-Aşgabat Halkara Howa Menzili, conocido internacionalmente como Ashgabat International Airport, es el principal aeropuerto de Turkmenistán y se encuentra situado a unos 12 kilómetros al este del centro de la capital, Aşgabat. Este aeropuerto se ha convertido en un símbolo del desarrollo moderno del país, reflejando la arquitectura monumental y el estilo distintivo que caracteriza a la ciudad. Originalmente inaugurado en la década de 1980, el aeropuerto ha pasado por varias fases de modernización, destacando especialmente la construcción de la nueva terminal que abrió sus puertas en 2016, diseñada para ofrecer servicios de clase mundial y un nivel de confort que compite con los principales aeropuertos de la región. La terminal es amplia, luminosa y equipada con tecnologías modernas, incluyendo sistemas avanzados de control de seguridad, zonas de embarque confortables y áreas comerciales que permiten a los pasajeros disfrutar de una experiencia más completa mientras esperan sus vuelos.

Ashgabat International Airport no solo es un punto clave para los vuelos nacionales dentro de Turkmenistán, sino también un importante centro de conexión para vuelos internacionales hacia Europa, Asia y Medio Oriente. Varias aerolíneas locales e internacionales operan en este aeropuerto, ofreciendo rutas hacia destinos como Estambul, Moscú, Dubái y otras ciudades estratégicas. La infraestructura del aeropuerto está diseñada para manejar un flujo considerable de pasajeros, con servicios que incluyen restaurantes, tiendas libres de impuestos, salas VIP y transporte eficiente hacia la ciudad, lo que facilita el tránsito tanto de turistas como de viajeros de negocios. Además, el aeropuerto tiene un papel estratégico en la proyección de Turkmenistán como un país moderno y abierto al mundo, sirviendo no solo como una puerta de entrada física, sino también como un símbolo del progreso y la hospitalidad del país.

El diseño arquitectónico del aeropuerto refleja la estética única de Aşgabat, caracterizada por estructuras blancas de mármol, amplios espacios abiertos y detalles ornamentales que recuerdan a la cultura turcomana. Esta combinación de funcionalidad y estilo visual convierte al aeropuerto en una de las principales atracciones arquitectónicas de la ciudad, destacando tanto para los visitantes como para los residentes. Asimismo, Ashgabat International Airport ha adoptado estándares internacionales de seguridad y operación, incluyendo sistemas avanzados de radar y control de tráfico aéreo, que garantizan vuelos seguros y eficientes. En términos generales, este aeropuerto es un componente esencial de la infraestructura de transporte del país, demostrando la capacidad de Turkmenistán para integrar modernidad tecnológica con elementos culturales propios, creando así un punto de conexión global que refleja la identidad nacional y las aspiraciones internacionales del país.

-TürkmenÄlem 52°E es el primer satélite de Turkmenistán y representa un hito histórico para el desarrollo tecnológico y las comunicaciones del país. Este satélite de telecomunicaciones fue lanzado al espacio el 27 de abril de 2015, marcando la entrada de Turkmenistán en la era de la tecnología espacial. Su nombre, TürkmenÄlem 52°E, hace referencia a su posición orbital geostacionaria a 52 grados este, lo que le permite cubrir un área extensa que incluye todo Turkmenistán, gran parte de Asia Central, Medio Oriente, Europa y África del Norte. El satélite fue fabricado por la empresa estadounidense Thales Alenia Space sobre la plataforma Spacebus-4000B2, y tiene como función principal ofrecer servicios de transmisión de televisión, telefonía, internet y otras comunicaciones digitales, fortaleciendo la infraestructura tecnológica del país y aumentando su independencia en materia de telecomunicaciones.

TürkmenÄlem 52°E tiene una vida útil proyectada de más de 15 años y está equipado con 38 transpondedores en banda Ku y 12 en banda C, lo que permite una amplia cobertura y la capacidad de manejar grandes volúmenes de datos. Esto lo convierte en un recurso estratégico no solo para mejorar las comunicaciones nacionales, sino también para posicionar a Turkmenistán como un actor relevante en el mercado regional de satélites de telecomunicaciones. Gracias a este satélite, el país ha podido expandir la señal de televisión por satélite, facilitar conexiones de internet en áreas remotas y mejorar los servicios de transmisión de datos para empresas y organismos gubernamentales. La propiedad de un satélite propio también representa un paso significativo hacia la soberanía tecnológica, reduciendo la dependencia de satélites extranjeros y proveedores internacionales de servicios de comunicación.

El lanzamiento de TürkmenÄlem 52°E también simboliza la ambición de Turkmenistán de participar en proyectos espaciales internacionales y de modernizar su infraestructura tecnológica en consonancia con las tendencias globales. La operación del satélite es gestionada por Turkmenistan National Space Agency y por la empresa turca Turksat, en colaboración con empresas especializadas en tecnología satelital. Además, el satélite ha contribuido a la educación y la investigación en el país, ya que su operación y mantenimiento requieren la formación de especialistas en telecomunicaciones y tecnología espacial, incentivando el desarrollo de capital humano altamente calificado. En términos generales, TürkmenÄlem 52°E no solo es un logro tecnológico, sino también un símbolo de progreso, independencia y proyección internacional de Turkmenistán en el campo de la comunicación y la tecnología espacial.

-El manat es la moneda oficial de Turkmenistán y constituye un símbolo central de la identidad económica y nacional del país. Antes de su creación, el país utilizaba el rublo soviético, pero tras la independencia fue necesario contar con una moneda propia para afirmar la soberanía económica y facilitar el desarrollo del sistema financiero nacional. Así, en 1993 se introdujo el primer manat, diseñado para reemplazar al rublo soviético y servir como unidad monetaria nacional.

Debido a la devaluación que sufrió la moneda turkmena desde su creación, el 1 de enero de 2009 se puso en circulación una nueva unidad monetaria, también llamada manat, dividida a su vez en 100 teňňe. El cambio se produjo a razón de 5.000 a 1, es decir, 5.000 antiguos manats pasaron a ser 1 nuevo manat. Esta reforma tuvo como objetivo estabilizar la economía, simplificar las transacciones y reflejar mejor la fortaleza económica del país.

El diseño del manat refleja profundamente la cultura y la historia de Turkmenistán. Los billetes y monedas muestran patrones tradicionales turcomanos, incluidos motivos geométricos, ornamentos de alfombras y representaciones de monumentos históricos y figuras nacionales. Por ejemplo, los billetes modernos destacan la arquitectura de la capital, Aşgabat, así como sitios históricos y símbolos del patrimonio turcomano. Esta simbología no solo cumple una función estética, sino que también refuerza la identidad nacional y la continuidad cultural en la vida cotidiana de los ciudadanos. La emisión de billetes y monedas está a cargo del Banco Central de Turkmenistán, que además se encarga de regular la política monetaria, controlar la inflación y mantener la estabilidad del manat frente a otras monedas extranjeras.

El nombre “manat” proviene del ruso “монета” (moneta), que significa “moneda”, reflejando la influencia histórica y lingüística de la época soviética en la región. Por su parte, la subdivisión teňňe proviene del turcomano y tiene raíces en la palabra “tanga”, usada históricamente en Asia Central para referirse a monedas pequeñas o fracciones de moneda.

Historia de Turkmenistán desde finales de los años 80 hasta la actualidad

A finales de la década de 1980, Turkmenistán formaba parte de la Unión Soviética, conocida oficialmente como la República Socialista Soviética de Turkmenistán. Durante este período, la región experimentaba tensiones económicas y sociales similares a las de otras repúblicas soviéticas, con un creciente descontento hacia la centralización del poder en Moscú y la rigidez del sistema económico planificado. Las reformas de Mijaíl Gorbachov, especialmente la perestroika y la glasnost, introducidas a mediados de los 80, empezaron a generar cambios significativos en la sociedad turcomana. La perestroika fomentó cierta apertura económica y permitió un limitado desarrollo del sector privado, mientras que la glasnost permitió a la población expresar críticas sobre la gestión del Partido Comunista, aunque en Turkmenistán, debido a su fuerte control político, esta apertura fue mucho más restringida que en otras repúblicas. Durante este tiempo, la economía dependía en gran medida de la producción de algodón y gas natural, con una estructura altamente centralizada y dirigida desde Moscú.

En 1990, Saparmurat Niyazov, conocido como Turkmenbashi, se convirtió en presidente de Turkmenistán y, en 1991, tras la disolución de la Unión Soviética, proclamó la independencia del país. La transición hacia la soberanía fue relativamente pacífica, pero marcó el inicio de un régimen altamente autoritario. Niyazov consolidó rápidamente su poder, eliminando a opositores y controlando todos los aspectos de la vida política, social y cultural. Bajo su liderazgo, se instauró un culto a la personalidad sin precedentes: su imagen aparecía en estatuas monumentales y su obra literaria, el Ruhnama, se convirtió en texto obligatorio en escuelas, instituciones gubernamentales y ceremonias oficiales. Durante la década de 1990, Turkmenistán adoptó políticas de neutralidad internacional y se aisló en gran medida del mundo exterior, manteniendo estrictos controles sobre la información, los medios de comunicación y la sociedad civil. Económicamente, el país continuó dependiendo del gas natural, principal fuente de ingresos del Estado, aunque la gestión centralizada y la corrupción limitaron el desarrollo diversificado del país.

Tras la muerte de Niyazov en 2006, Gurbanguly Berdimuhamedow asumió la presidencia y, aunque mantuvo el régimen autoritario, introdujo algunas reformas económicas y administrativas. Se promovieron tímidas aperturas en la educación y la salud, y se inició un esfuerzo por modernizar la infraestructura y diversificar la economía, especialmente el sector del gas y la electricidad, con importantes inversiones en proyectos energéticos internacionales. Sin embargo, las libertades políticas y la prensa siguieron siendo severamente restringidas, y la concentración del poder permaneció en manos del presidente y su círculo cercano. Durante este período, Turkmenistán continuó practicando una política de neutralidad activa en el ámbito internacional, buscando mantener relaciones diplomáticas con potencias como Rusia, China, Estados Unidos y países del Medio Oriente, siempre sin comprometer su autonomía en asuntos internos. La estabilidad política interna fue acompañada de un crecimiento económico moderado, impulsado por la explotación y exportación de gas natural a mercados internacionales, especialmente a China.

En la última década, bajo el mandato de Gurbanguly Berdimuhamedow y posteriormente de su hijo Serdar Berdimuhamedow, quien asumió la presidencia en 2022, Turkmenistán ha continuado con un control férreo del poder político y la sociedad. Aunque se han impulsado proyectos de desarrollo urbano y modernización tecnológica, el país sigue enfrentando desafíos significativos, como la dependencia de los ingresos del gas, el cambio climático que afecta su agricultura y la limitada diversificación económica. En el ámbito internacional, Turkmenistán mantiene su política de neutralidad y busca equilibrar relaciones entre potencias regionales, al tiempo que intenta atraer inversiones extranjeras para proyectos estratégicos de infraestructura. La situación de los derechos humanos sigue siendo un tema de preocupación, con restricciones a la libertad de expresión, ausencia de partidos de oposición y un control estricto sobre la vida política y social. A pesar de estas limitaciones, el país continúa desarrollando proyectos de energía, transporte y comercio, con el objetivo de consolidar su posición estratégica en Asia Central, especialmente como proveedor de gas natural a mercados internacionales.

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